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domingo, 3 de noviembre de 2013

La Artritis Reumatoide,Remedios Naturales.

Es una enfermedad en la que se inflaman las articulaciones produciéndose dolor, deformidad y dificultad para el movimiento, aunque también puede afectar otras partes del organismo.

Es una enfermedad crónica, con una baja frecuencia de curación espontánea, aunque con un tratamiento adecuado se consigue un buen control de la enfermedad en la mayoría de los casos.

Las molestias y limitaciones que ocasiona la artritis reumatoide varían mucho de un enfermo a otro, de modo que no hay dos enfermos iguales.

Las articulaciones son las estructuras que unen huesos y permiten la movilidad del cuerpo humano.
Las porciones finales de los huesos tienen unas superficies lisas que son los cartílagos, que permiten un
rozamiento suave entre dichos huesos.

Con el fin de nutrir y proteger estas terminaciones óseas recubiertas de cartílago, las articulaciones disponen
de una membrana (la membrana sinovial) que las recubre en su interior uniendo un hueso con el otro.
La artritis reumatoide es una enfermedad en la que se produce la inflamación de la membrana sinovial
de múltiples articulaciones.

 Esta inflamación va a ser la responsable del dolor, de la hinchazón y de la
sensación de rigidez que se puede notar por las mañanas. Algunas articulaciones se afectan más que
otras, y hay algunas que casi nunca se alteran.

La persistencia de la inflamación de la membrana sinovial, condiciona que el lugar del hueso en el que se
fija la membrana sinovial se dañe dando lugar a pequeñas muescas (erosiones).

Además, la inflamación mantenida de una articulación hace que el cartílago, que permite el rozamiento suave entre los huesos, adelgace y desaparezca.



Aunque la localización fundamental de las lesiones producidas por la artritis reumatoide está en la membrana sinovial de las articulaciones, a veces se pueden alterar otras estructuras.

En la piel pueden encontrarse los llamados nódulos reumatoides que son abultamientos duros (nódulos) que aparecen en zonas de roce, como son los codos, el dorso de los dedos de las manos y de los pies, la parte posterior de la cabeza, la zona del talón, etc.

También se pueden localizar en el interior del organismo, aunque raramente producen lesiones de relevancia para la salud.

La artritis reumatoide se presenta con más frecuencia en personas con una especial predisposición, sin embargo no es una enfermedad hereditaria.

Se sabe que hay alteraciones del sistema inmunológico o de defensa del organismo. La inflamación que se produce en las articulaciones es la consecuencia de la invasión de la membrana sinovial por células inmunitarias que dañan la articulación.

La capacidad de defensa ante infecciones es prácticamente normal en los pacientes con artritis reumatoide. El clima y la humedad no tienen nada que ver con el desencadenamiento o mantenimiento de la artritis reumatoide.

Sin embargo, es cierto que algunos pacientes pueden referir cambios en el estado de su artritis con los cambios climáticos.

La inflamación de las articulaciones produce dolor e hinchazón. El dolor articular es el síntoma más frecuente en la artritis reumatoide y el hinchazón articular puede ser más o menos visible por el paciente.

Las articulaciones que se inflaman con más frecuencia son las muñecas, los nudillos, las articulaciones de los dedos de las manos y de los pies, los codos, los hombros, las caderas, las rodillas y los tobillos. El dolor del cuello puede también ser debido a la artritis reumatoide y debe ser comunicado al médico.

Además del dolor y la hinchazón, por las mañanas puede haber dificultad para el inicio de los movimientos (rigidez matutina) de duración variable, y que puede llegar a ser incluso de horas.

La inflamación persistente puede acabar dañando los huesos, ligamentos y tendones que hay alrededor. La consecuencia será la deformidad progresiva de las articulaciones y la pérdida reducción de la movilidad articular, lo que puede llevar al enfermo a un cierto grado de discapacidad para hacer algunas tareas de la vida diaria.


RECOMENDACIONES:

Hay que evitar en lo posible una vida agitada, con gran actividad física o con estrés psíquico. Conviene dormir una media de 8-10 horas nocturnas, y viene bien una siesta de 30 minutos.

Puede ser de utilidad comenzar el día con un baño de agua caliente, que contribuirá a disminuir la rigidez o el agarrotamiento matutino.

Si hay posibilidad de elegir el trabajo, hay que evitar actividades que precisen esfuerzos físicos, obliguen a estar mucho tiempo de pie, o necesiten de movimientos repetitivos, sobre todo con las manos.

 Durante la jornada laboral hay que mantener una posición recta en el asiento y evitar permanecer con el cuello o la espalda doblados durante periodos prolongados. En el trabajo doméstico hay que intentar no hacer fuerza con las manos. No es bueno retorcer la ropa, abrir tapaderas de rosca, presionar con fuerza mangos de cubiertos o fregonas etc.

No es saludable practicar deportes con contacto físico y aquellos en los que sean frecuentes los saltos o choques. Es conveniente montar en bicicleta por terrenos llanos y sin riesgo de atropello, así como nadar o pasear. En los periodos de poca inflamación es muy recomendable practicar algún ejercicio físico de forma habitual y sin cansarse.

Durante el reposo hay que adoptar una postura adecuada, evitando doblar las articulaciones. Por este motivo hay que procurar mantener los brazos y las piernas estirados. Es recomendable tener una cama dura y una almohada baja. No deben ponerse almohadas debajo de las rodillas.

El uso de un calzado adecuado es fundamental. Conviene un zapato elástico pero firme. Es mejor evitar los de plástico o material sintético. Es saludable llevar sujeto el talón, por lo que pueden ser recomendables zapatos de tipo botín con un refuerzo posterior.

La puntera debe de ser ancha y el empeine lo suficientemente alto como para que no produzca rozaduras en los dedos. Salvo en casos excepcionales, no hay ninguna dieta que modifique el curso de la artritis reumatoide.

Es obvio que la obesidad supone una carga adicional para las articulaciones de las caderas, de las rodillas y de los pies. Por este motivo es recomendable adelgazar o evitar el sobrepeso según los casos. La dieta rica en legumbres, ensalada, aceite de oliva y frutas puede ser beneficiosa.

Una articulación inflamada debe ser mantenida en reposo. No hay que atender a consejos de familiares o amigos animando a mover una articulación inflamada “para evitar que se anquilose”.

La excesiva utilización de una articulación inflamada favorece que se produzca daño irreversible en los huesos que forman la articulación en cuestión. Ya habrá tiempo, una vez haya pasado la inflamación, de hacer ejercicios que preserven el movimiento.

Sin embargo, incluso en fases de inflamación articular, es muy conveniente mantener una buena musculatura alrededor de la articulación inflamada, pero sin mover dicha articulación. Es útil aprender a contraer los músculos. Son los denominados ejercicios “isométricos”.

En esencia consisten en poner en tensión los músculos que hay alrededor de las articulaciones, pero sin que éstas se muevan.

Mantener contracciones musculares de 20 segundos de duración 10 veces al día proporciona un adecuado tono muscular.

La utilización de aparatos que mantengan la posición adecuada de los dedos de las manos (férulas), para uso nocturno, aún siendo algo incómodo inicialmente, previene futuras deformidades.

REMEDIOS NATURALES:

+++Poner sobre el área dolorida una hoja de col previamente calentada con una plancha. Aplicar este remedio al sentir dolor intenso.

+++Sumergir el área afectada (codos, muñecas o dedos) en un recipiente que contenga agua caliente a 36 grados y conservar allí por 10 minutos. Luego, sumergir dicha zona nuevamente, pero en agua fría por 5 segundos). Repetir el ciclo un total de 3 veces.

+++ Tomar una infusión de cola de caballo. Para ello tomar un manojo de la planta llamada cola de caballo y colocarla en un recipiente que contenga 1 taza de agua que se encuentre caliente (preferiblemente hirviendo). Tomar a diario una taza.

+++Verter un puñado de flores de lavanda en un litro de agua que esté hirviendo. Mezclar bien, tapar el recipiente y dejar reposar por 2 días. Pasado ese tiempo, filtrar esta preparación con una tela de gasa y presionar para extraer lo máximo de las flores.

Añadir 2 cucharadas de vodka y mezclar nuevamente. Colocar esta preparación en una botella de vidrio de cierre hermético y aplicar mediante fricciones en el área donde se siente dolor.

+++ Hervir 1 taza de agua. Retirar del fuego y colocar 1 taza de arcilla en polvo en un recipiente, verter el agua poco a poco y remover hasta obtener una pasta espesa.

Aplicar la arcilla directamente sobre la zona dolorida y dejar actuar hasta que se haya enfriado por completo. Este remedio es muy eficaz para aliviar el dolor producido por la artrosis. fuente

MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/salud/articulos/artritis-reumatoide-rheumatoid-arthritis-710.html

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